En el Antiguo Testamento, podemos leer su nombre como referencia a uno de los árboles de la abundancia de la Tierra Prometida. También en este libro se cuenta que, cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, eligieron la hoja de la higuera para cubrirse.
También lo podemos encontrar en los jeroglificos egipcios o sea hace 4500 años.
La higuera florece entre la primavera y el otoño, sin embargo se trata de flores invisibles, de color amarillo, que encontraremos dentro del receptáculo que se convertirá en higo.
Tiene propiedades curativas. Se usa en infusión de los higos maduros para el estreñimiento o afecciones en la boca. El látex de las hojas para combatir verrugas. La infusión del fruto seco para combatir resfriados, tos o bronquitis.
Pero vamos a hablar de algo más grato se trata de preparar los higos en almibar y ahí va la receta.
Se eligen los higos apenas maduros, más bien verdones y se pone agua a hervir, cuando comienza a hervir el agua se echan los higos y se dejan unos minutos y se retiran, el agua se tira. Aparte preparar el almibar con esta proporción 400 ml de agua con 430 gms de azúcar y poner en el fuego, hasta que tenga el punto. Los higos hay que pincharlos con una aguja gruesa para que penetre el almíbar y se acomodan en los frascos pero antes se pone en el fondo del frasco una cucharada de jugo de limón. Se acomodan en el fondo unos cuantos higos y se va echando el almíbar caliente y se sigue llenando el frasco dejando 2 cms, el almíbar tiene que cubrir la fruta pero no hasta el borde del frasco. Cerrar y hervir 1 hora y cuarto.
Una poetisa uruguaya le dedicó unos versos muy bonitos a la higuera se trata de la poetisa Juana de Ibarbourou.
LA HIGUERA
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:
-Hoy a mi me dijeron hermosa.
Fuente: Facilísimo.com
Poesías: heron5
Fotos: Isabel
No hay comentarios:
Publicar un comentario