viernes, 3 de febrero de 2012

LAS ISLAS MALVINAS-LA GUERRA CONTADA POR ARGENTINOS



Nunca entendí como este pueblo que al grito de Galtieri "Vengan que le presentaremos batalla", la gente inundaba sus pechos con gritos, que demostraban satisfacción por esta decisión. Después mientras los soldados estaban en plena guerra en Buenos Aires los partidos de fútbol no cerraron sus boleterías y los espectáculos no cerraron sus puertas, nunca entendí como en pocos días la gente se olvidaba de aquellos gritos triunfalistas y cómo cerraron sus ojos y sus oídos a lo que realmente debía interesar. Se trató de una guerra no de una visita a las islas donde los soldados irían de pic-nic.

Este es un  pueblo muy desparejo, los docentes estábamos movilizados y a la espera de las directivas que se relacionaban con la defensa del pueblo, de los niños de la escuela que nos anunciaban debíamos hacer ciertos ejercicios para enseñarles a protegerse si ocurriera una invasión.

Yo trabajaba en una escuela en Vicente López, y nos reunieron en el Municipio por que el militar que oficiaba de Intendente nos iba a dirigir la palabra. Era un hombre alto y de cuerpo voluminoso su cara rechoncha y enrojecida por la indignación nos dijo que el ejército necesitaba plata y no gorritos tejidos por las señoras que se juntaban en plaza de Mayo. Un sepulcro no estaba más silencioso, no volaba una mosca en ese recinto y así silenciosamente y mirándonos entre nosotros nos retiramos sin pronunciar palabra. En lo que a mí respecta no podía creer lo que había escuchado.

Por televisión se hicieron programas para recaudar fondos y hubo muchas donaciones especialmente joyas. Se invitaba a los niños a comprar chocolates y escribir una pequeña carta para el soldado que recibiría la donación.

Después que terminó la guerra, ¿qué pasó con las joyas?.  Las golosinas que los chicos enviaban terminaron en los quioscos porque hubo gente que así lo constató.  

Lo que no entiendo es como de un día para otro la gente pasa de la euforia a la indiferencia. Esa indiferencia  que los soldados sintieron en carne propia porque se les dio la espalda y ese fue el gran dolor.


1 comentario:

Mabel Domínguez dijo...

Sabremos los argentinos la verdad de lo que aconteció?
Los intereses son tan grandes,como la distancia que separa a ambos países.
Pero querida amiga el tema Malvinas, es una herida que sangra en la mayoría de los argentinos. Un abrazo