jueves, 16 de julio de 2009

EJEMPLO DE VECINO





La familia de Epifanio vive entre las calles Santa Cruz e Isidro Lobo, justo en la esquina. Sobre Isidro Lobo se puede ver sobre una pared una tremenda planta, que está resguardada de las heladas con una tela especial. Esa planta es nada menos que un banano, y lo notable es que en el año 96 se lo vio con fruto.

Epifanio construyó su casa en el año 70, frente al canalito, la plaza se llama Ferri, y como amante de los árboles y flores poco a poco fue poblando tanto su vereda como los costados del canal con árboles y plantas que iba comprando en el vivero que estaba en el barrio aeroclub.

Después de su trabajo se dedicaba a la jardinería y sin descanso insistía en la necesidad de tener una linda vista pero primero había que desmalezar, después plantar y por fin regar.

Había conseguido unos cabritos que le trajeron del campo, los ataba en un lugar y por la tarde los iba a buscar, tanto se acostumbraron los cabritos que cuando se hacía la hora lo llamaban. Éstos fueron sus ayudantes que poco a poco fueron quitando los yuyos. La familia los tuvieron como mascota durante dos años, hasta que los regalaron. No querían sacrificarlos.

Después de poner los árboles había que regarlos, en principio utilizaba una manguera de 50 metros que conectaba desde su casa y cruzaba la calle hasta el canal. Posteriormente instaló el riego por aspersión y con un motor que colocaba en el momento de regar.

Su trabajo dio sus frutos aunque también a veces lo inundaba cierta impotencia o tristeza. Una vez puso unos rosales y no duraron mucho, sólo quedaron los huequitos donde se habían plantado. Otra vez fue un eucalipto medicinal y se dio cuenta que no progresaba que le faltaban hojas, entonces lo sacó y los puso en el fondo de su casa que actualmente debe tener aproximadamente 50 metros de alto.

¿Qué variedades de plantas utilizó?
Epifanio como no recordaba los nombres me mostró las facturas del vivero y pude anotar un ciprés calvo (variedad que pierde las hojas en invierno), un sauce eléctrico, acacia constantinopla, pino insigne, abedul, cedro deodara áurea, laurel de jardín y algunos arbustos.

En aquellos años dice Epifanio, el canal no estaba cubierto con material, todo era tierra, tampoco teníamos la calle asfaltada. El agua se filtraba y perjudicaba los cimientos de las casas más cercanas.

Hoy podemos disfrutar de este paseo, gracias al aporte de este vecino y otros que comenzaron a parquizar. El Municipio viendo el interés de los vecinos tomó el trabajo por su cuenta y actualmente por su intermedio se hace al mantenimiento.
Foto:Isabel Trillo



2 comentarios:

Marita dijo...

Me encantó la historia. Adoro la gente que ama los animales y la naturaleza. Es un placer cultivar y ver el progreso de una planta, la que sea. Yo amo los árboles, las flores, tengo mi propia huerta urbana que atiendo con el escaso tiempo libre que me queda. Pero ir allí a regar o cultivar es un placer y la desconexión que todos necesitamos del mundo loco en el que vivimos.

Marita dijo...

Por cierto: No conocía esa canción de "Soy Ecologista". Qué bien está lo que dice!